La AMOC, o Corriente Atlántica Meridional Oceánica, es una corriente marina que transporta agua cálida hacia el hemisferio norte de la Tierra y agua fría hacia el sur. Esta corriente juega un papel fundamental en la regulación del clima global, afectando las temperaturas del aire y del océano, los patrones climáticos, las tormentas, los patrones en la precipitación y la captura del CO2 del océano.
Estudios recientes advierten que la AMOC se está debilitando, lo que podría provocar un colapso con graves consecuencias para el planeta. Si esta corriente colapsara, el hemisferio norte sería hasta 4 grados más frío, mientras que el sur sería más cálido. Además, los nutrientes indispensables para la vida marina dejarían de propagarse, lo que provocaría una crisis ecológica sin precedentes.
La actividad industrial como principal culpable
Los expertos coinciden en que el debilitamiento de la AMOC se debe principalmente a la actividad industrial y al cambio climático. Las emisiones de CO2 han calentado el planeta, lo que ha provocado el derretimiento de los glaciares y el aumento del nivel del mar. Esta agua dulce se mezcla con el agua salada del océano, lo que reduce la densidad del agua en la AMOC y debilita su fuerza.
Los científicos no pueden determinar con exactitud cuándo podría colapsar la AMOC. Algunos estudios sugieren que podría ocurrir entre las décadas de 2040 y 2070, mientras que otros apuntan a una fecha más tardía. Sin embargo, todas las investigaciones coinciden en que la corriente está en un punto de inflexión y que el colapso es una posibilidad real.
Un llamado a la acción
La amenaza que representa el debilitamiento de la AMOC es una señal de advertencia de que debemos actuar ahora para combatir el cambio climático. Reducir las emisiones de CO2 y detener el deshielo de Groenlandia es fundamental para evitar un colapso que tendría consecuencias nefastas para la vida en la Tierra. corriente atlántica