Las personas que viven en zonas con mucho calor experimentan un envejecimiento molecular más rápido que quienes residen en áreas más frías, según un estudio de la Universidad del Sur de California (USC) publicado en Science Advances.
La investigación, liderada por Jennifer Ailshire y Eunyoung Choi, analizó a más de 3,600 personas mayores de 56 años en Estados Unidos. Durante seis años, los científicos tomaron muestras de sangre en distintos momentos para detectar cambios epigenéticos, es decir, modificaciones en la activación de los genes debido a un proceso llamado metilación del ADN.
Utilizando relojes epigenéticos, el equipo comparó estos cambios con los datos del Servicio Meteorológico Nacional sobre días de calor extremo entre 2010 y 2016. Este organismo clasifica las temperaturas en tres niveles según su riesgo: Precaución (26 °C a 32 °C), Extrema precaución (32 °C a 39.4 °C) y Peligro (39.4 °C a 51 °C).
Los resultados mostraron que quienes vivían en zonas con temperaturas extremas durante la mitad del año, como Phoenix, Arizona, envejecieron biológicamente hasta 14 meses más en comparación con quienes residían en lugares con menos de 10 días de calor extremo al año. Además, el estudio sugiere que estos cambios epigenéticos pueden ocurrir rápidamente y acumularse con el tiempo.
Ante estos hallazgos, los investigadores instan a los responsables políticos y urbanistas a implementar estrategias de mitigación, como aumentar los espacios verdes, plantar más árboles y diseñar infraestructuras con mayor protección contra el calor. Según Ailshire, es fundamental repensar las ciudades para reducir los efectos del cambio climático en la salud.
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