El mundo de la lucha libre está de luto tras el fallecimiento de Akihiro Hamada, mejor conocido como Gran Hamada, a los 74 años de edad. La noticia se confirmó por el Hijo del Santo, quien lo recordó como un compañero de su padre y un luchador excepcional.
Gran Hamada fue una figura clave en la lucha libre, destacando por su capacidad para fusionar el estilo mexicano con el japonés. Desde la década de los 70, enfrentó a grandes íconos del ring como El Santo, Los Villanos, El Perro Aguayo y El Solitario, consolidándose como una leyenda tanto en México como en Japón.
Su legado se extiende más allá de sus combates, ya que llevó la esencia de la lucha libre mexicana a Japón, influenciando el desarrollo del ‘puroresu’ y dejando una huella imborrable en empresas como el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), New Japan Pro Wrestling, Universal Wrestling Federation y Michinoku Pro Wrestling.
En el ámbito personal, Gran Hamada construyó fuertes lazos con México y tuvo dos hijas, Ayako y Xóchitl Hamada, quienes siguieron sus pasos en el mundo de la lucha libre.
Su partida deja un vacío en el deporte, pero su impacto en el cuadrilátero y su contribución a la evolución de la lucha libre seguirán vigentes en las nuevas generaciones.
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