La Casa Blanca anunció nuevas reglas para los medios de comunicación, otorgándose a sí misma la facultad de decidir qué periodistas pueden hacer preguntas al presidente Donald Trump. Hasta ahora, esta tarea correspondía exclusivamente a la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca (WHCA), organización que ha gestionado el acceso de la prensa desde 1914.
Con esta medida, el equipo de prensa presidencial será el encargado de seleccionar a los miembros del “pool”, el grupo reducido de periodistas que sigue al mandatario en sus actos oficiales y transmite la información al resto de los medios. Aunque esta decisión no afecta directamente la cobertura de la Casa Blanca, sí modifica una tradición de casi un siglo, en la que la WHCA garantizaba un acceso equitativo a los reporteros.
Además, este cambio llega en un contexto de creciente tensión entre el Gobierno y algunos medios de comunicación. De hecho, la agencia Associated Press (AP) fue recientemente excluida del “pool” por continuar utilizando el nombre “golfo de México” en lugar del término “golfo de América”, adoptado por la Administración de Trump. Como resultado, AP presentó una demanda argumentando que esta restricción viola la Primera Enmienda, que protege la libertad de prensa.
No obstante, un juez permitió que la Casa Blanca mantenga la medida, aunque instó a reconsiderarla. Mientras tanto, organizaciones periodísticas y defensores de la libertad de expresión han expresado su preocupación, ya que temen que esta nueva política limite el acceso a la información y favorezca únicamente a medios afines al Gobierno.
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