La bandera de México se ha convertido en un símbolo central durante las protestas contra las redadas migratorias en Los Ángeles, California. Sin embargo, su presencia ha provocado fuertes críticas por parte de republicanos y funcionarios del Gobierno del presidente Donald Trump, quienes la interpretan como una muestra de lo que califican como “una invasión”.
Por ejemplo, Stephen Miller, arquitecto de la política migratoria de la Casa Blanca, fue uno de los primeros en reaccionar. A través de un mensaje en X, afirmó: “Miren todas las banderas extranjeras. Los Ángeles es territorio ocupado”.
A su vez, aunque en un tono más moderado, el embajador de EE.UU. en México, Ronald Johnson, también se pronunció. Según escribió en X, las banderas deben representar “identidad nacional, orgullo y valores compartidos, no división ni ilegalidad”. Además, advirtió que enarbolar una bandera extranjera mientras se agrede a las fuerzas del orden o se destruye propiedad pública “solo daña una relación bilateral”, en referencia directa a México.
No es la primera vez que ondea la bandera mexicana en protestas migratorias
Sin embargo, el uso de la bandera mexicana en manifestaciones migratorias en California no es nuevo. Juan José Gutiérrez, director de la Coalición de los Derechos Plenos para los Inmigrantes, recordó que esto ya ocurría desde las marchas de los años noventa contra la Proposición 187, la cual buscaba penalizar a los migrantes indocumentados en el estado.
En ese entonces, incluso editoriales como los de Los Angeles Times criticaron duramente su uso. Desde entonces, explicó Gutiérrez, los organizadores han pedido reiteradamente que se priorice la bandera estadounidense en las marchas. No obstante, aclaró que “no podemos obligar a los manifestantes, porque estaríamos violando la Constitución de EE.UU. y la libertad de expresión”.
Para muchos, portar la bandera es un acto de identidad, no de provocación
Beatriz Feliz, ciudadana estadounidense de origen mexicano, asistió a una de las manifestaciones del pasado domingo con su hijo Randy, de nueve años. En entrevista con EFE, afirmó: “Yo cargo con orgullo las dos banderas, la mía (la estadounidense) y la de mi padre (la mexicana)”. Según dijo, portar la bandera mexicana no representa un ataque al país, sino una expresión de la pluralidad de la comunidad.
No es menor destacar que Los Ángeles es, después de la Ciudad de México, la ciudad con más mexicanos en el mundo. A esto se suman millones de hijos de mexicanos nacidos en territorio estadounidense, lo que explica la fuerte presencia del símbolo nacional mexicano en el tejido social del condado, donde habitan cerca de 4.8 millones de hispanos.
Por si fuera poco, además de la bandera mexicana, en las manifestaciones recientes también se han observado las de El Salvador, Guatemala, Colombia, Venezuela y Honduras, lo que evidencia el carácter regional de la lucha migrante.
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