BAcalar, 19 de julio 2024. – El Estero de Chac, en la laguna de Bacalar, era hasta hace poco un lugar que maravillaba con su impresionante color azul turquesa; sin embargo, las inundaciones recientes comenzaron a llenarla de sedimentos y desechos arrastrados agua adentro hasta tornarla de un color marrón y, en algunas partes, verdusco.
El cambio fue notorio a partir de este miércoles, cuando integrantes del colectivo Bacalar Pueblo Mágico visitaron el estero y descubrieron que el pronóstico de afectación se estaba cumpliendo. El Estero de Chaac se ubica por la carretera federal 186 y ha comenzado a recibir agua sucia, por lo que se ha documentado a partir de fotografías y videos.
“Los escurrimientos derivados de las intensas lluvias que comenzaron a mediados de junio de 2024 han traído consigo un aumento considerable en el nivel de agua de nuestra laguna de siete colores. Durante varios días, se han monitoreado distintos puntos de la laguna Bacalar y zonas como el Estero de Chac están en tonalidad oscura y con desbordamiento”, indicó el colectivo en un primer informe sobre el problema.
Una afectación directa a la laguna de Bacalar no se había registrado desde 2020, cuando la tormenta tropical Cristóbal también provocó un cambio en la coloración.
Comunidades menonitas entre los causantes
El doctor Jorge Herrera, especialista en Ciencias Biológicas y del Mar, del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) en Mérida, había advertido que esto ocurriría de nuevo este 2024.
“Es probable que se repita porque ya sucedió antes. No es el agua de lluvia la que cambia el color, sino las escorrentías que arrastran contaminantes de zonas de agricultura y desarrollo urbano”, puntualizó.
Por “zonas de agricultura” se refiere a los grandes espacios ocupados por las comunidades de menonitas de las que destaca Salamanca, que se encuentra a escasos kilómetros del Pueblo Mágico y que es hasta tres veces más grande que la zona turística, en donde se ha deforestado y se usa como tierra de siembra, por lo que emplean agroindustriales y pesticidas que son arrastradas por el agua hacia la laguna.
En 2020, el cambio de color en la laguna se extendió varios meses, pues la cantidad de agua que cayó fue mucha y llegaba arrastrando contaminantes.
“Estamos comenzando la temporada de lluvias, aún falta mucha agua por bajar proveniente de Campeche y comunidades como Río Verde y Madrazo, aunado a que no para de llover”, advirtió el colectivo en su comunicado.
Varios días de inundaciones
En el pueblo mágico de Bacalar, las inundaciones se hicieron evidentes desde el sábado 29 de junio, cuando las familias de la colonia Diego Rojas Zapata fueron afectadas y perdieron todas sus pertenencias. Ese día, reportaron los lugareños, el agua comenzó a subir de la nada y en algunos lugares llegó hasta los 3.5 metros de altura.
En días posteriores, las inundaciones se extendieron en un rango de 132 hectáreas y llegaron hasta una obra en construcción del Tren Maya y a una subestación de la Comisión Federal de Electricidad, que quedó anegada.
Esta misma semana se reveló un video en el que se muestra cómo fluye el agua de las escorrentías, cargadas de sedimentos y desechos. Con estas imágenes, el experto Jorge Herrera determinó que la laguna de Bacalar estaba predispuesta a perder sus colores una vez más, hecho que ya está ocurriendo y ha comenzado en la zona del Estero de Chac.