Cientos de personas salieron a las calles la noche del lunes en tres de las principales ciudades de Texas, en apoyo a las protestas contra las redadas migratorias en Los Ángeles. Particularmente en Austin y Dallas, las manifestaciones se prolongaron hasta entrada la noche y culminaron en enfrentamientos con la Policía local.
De acuerdo con medios locales, las autoridades declararon las concentraciones como “asamblea ilícita”, lo que desencadenó la intervención policial. En Austin, capital del estado, los manifestantes marcharon hacia la sede local del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), donde se repelieron por la Policía y agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS). Durante el operativo, se usaron gas pimienta y balas de goma, y se reportaron múltiples arrestos.
Mientras tanto, en Dallas, las fuerzas del orden comenzaron a dispersar a los manifestantes alrededor de las 22:00 h local. También utilizaron gas pimienta contra quienes portaban pancartas con mensajes como “Nadie es ilegal” o “Fin a las políticas de deportación”.
Abbott respalda a Trump y endurece discurso
El gobernador de Texas, el ultraconservador Greg Abbott, reiteró su respaldo a la Administración de Donald Trump, particularmente en lo que respecta a las políticas antimigrantes. Abbott ha defendido la militarización de la respuesta a las protestas, tanto en Texas como en California.
“El país está siendo víctima de un asalto organizado contra los agentes del orden. Es momento de ponerle fin y permitir a los federales hacer cumplir la ley”, escribió Abbott en su cuenta de X durante el fin de semana.
Trump amenaza con aplicar la Ley de Insurrección
Por su parte, Los Ángeles entra este martes en su quinto día consecutivo de tensión, con enfrentamientos entre manifestantes y policías, vehículos incendiados y cientos de arrestos. Las protestas comenzaron tras las redadas de ICE el viernes pasado y han escalado rápidamente.
En este contexto, el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 2 mil efectivos de la Guardia Nacional en la ciudad sin consultar ni obtener autorización del gobernador de California, lo que representa un hecho sin precedentes en más de seis décadas.
Además, el mandatario advirtió hoy que, si la situación se agrava, invocará la Ley de Insurrección, promulgada en 1807, la cual le permitiría desplegar al Ejército para sofocar disturbios civiles. Esta ley es uno de los instrumentos legales más contundentes a disposición de un presidente en tiempos de crisis interna.
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