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Al menos 13 personas han muerto y 21 están desaparecidas después de que unas fuertes lluvias cayeran en el sur de Brasil, lo que llevó al gobierno de un estado a enviar helicópteros de rescate en busca de residentes varados, dijeron las autoridades el jueves.
Las lluvias torrenciales que cayeron sobre el estado de Río Grande del Sur en los últimos días fueron muy superiores a lo normal para esta época del año, según los expertos.
En los últimos cuatro días de abril, el estado recibió cerca del 70 por ciento de las precipitaciones que suele registrar en todo el mes, según datos del Instituto Nacional de Meteorología analizados por The New York Times.
Las lluvias desbordaron los ríos de la región del valle central del estado, inundando ciudades, provocando el derrumbe de un puente, bloqueando carreteras y provocando deslaves. Una ciudad, Canudos do Vale, quedó aislada, sin electricidad ni comunicaciones. En la ciudad de Candelária, los residentes esperaban a los helicópteros de rescate en los tejados de sus casas inundadas.
Encantado
Personas utilizando una pequeña embarcación para llevar sus pertenencias a tierra firme.
São Sebastião do Caí
Bomberos rescatando a un hombre y a su perro el jueves.
Sinimbu
Postes y árboles derribados por el viento y las fuertes lluvias.
Cerca de 10.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, según informó la agencia de defensa civil de Río Grande del Sur en un comunicado. La crisis llevó al gobernador de Río Grande del Sur, Eduardo Leite, a declarar el estado de emergencia a última hora del miércoles.
“Estamos viviendo, en Río Grande del Sur, el peor momento, el peor desastre de nuestra historia”, dijo Leite en una conferencia de prensa el miércoles. “Y desafortunadamente, empeorará”.
Las autoridades han tenido dificultades para llegar a los residentes aislados, con los equipos de búsqueda y rescate no puede viajar a algunas áreas debido a los altos niveles de los ríos y las fuertes inundaciones. Sin ningún lugar donde aterrizar, algunos helicópteros han utilizado cabrestantes para sacar a los residentes de las zonas inundadas.
“No podremos realizar todos los rescates”, declaró Leite el miércoles.
Sinimbu
Empleados de supermercado limpiando y retirando productos.
Sebastião do Caí
Voluntarios utilizando un barco de pesca para rescatar a los residentes atrapados en sus casas el jueves.
Los escombros de una casa destruida por las fuertes lluvias
Los meteorólogos advirtieron de que era probable que lloviera más en los próximos días, lo que podría complicar aún más las labores de rescate.
El presidente del país, Luiz Inácio Lula da Silva, quien iba a visitar la región el jueves, prometió que los organismos federales “se unirían a los esfuerzos del gobierno estatal y de los municipios para superar este difícil momento”.
El año pasado, 37 personas murieron en la misma región de Brasil a causa de las lluvias torrenciales y los fuertes vientos provocados por un ciclón.
El Instituto Nacional de Meteorología declaró que la región estaba sufriendo los efectos de un fenómeno meteorológico natural conocido como El Niño, que puede desencadenar lluvias torrenciales en las regiones meridionales de Brasil, al tiempo que provoca sequía en la selva amazónica.