El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso un arancel del 10 por ciento a las islas Heard y McDonald, un archipiélago australiano inhabitado por humanos y sin actividad económica. La medida generó sorpresa, ya que estas islas que se ubican en el océano Índico, son un territorio bajo protección y Patrimonio Natural de la Humanidad, habitado únicamente por focas y pingüinos.
Un error en la política comercial
A pesar de que estas islas no tienen producción ni exportaciones, se incluyeron en la tabla de países afectados por los aranceles globales que Trump impuso a las importaciones de diversas naciones. La medida forma parte de la nueva estrategia comercial de su administración, que busca presionar a otras economías que, según la Casa Blanca, mantienen barreras contra los productos estadounidenses.
El Gobierno de Australia reaccionó con extrañeza a la decisión, recordando que el archipiélago es inhabitado por humanos y una de las zonas menos alteradas por la actividad humana en el mundo. Sin embargo, Heard y McDonald no fueron los únicos territorios en esta lista.
Más territorios afectados
Además del archipiélago australiano, Tokelau, un territorio de Nueva Zelanda con apenas 1,600 habitantes, y las islas Cocos, otra dependencia australiana con 600 residentes, también se incluyeron en la tabla de aranceles.
Trump intensificó su guerra comercial al imponer un arancel base del 10 % a nivel global, con tasas aún más altas para países como China y la Unión Europea (UE), a quienes acusa de imponer restricciones a los productos de Estados Unidos.