Juan Aguiñiga Juárez, productor de la comunidad Nueva Loría, explicó que cada año sucede lo mismo. Los “coyotes” llegan del vecino Estado de Yucatán y ofrecen comprar la cosecha, pero a precio muy inferior al que se paga si el campesino transporta personalmente el grano hasta la planta donde se procesa para la elaboración de alimentos balanceados para cerdos y pollos.
“El problema es que estamos jodidos, no tenemos transporte para llevar nuestro producto y pagar un flete nos sale muy caro porque el diésel está por las nubes. Entonces nos arrinconan contra la pared y vendemos a como paguen, para que la cosecha no se eche a perder en la parcela. Nadie nos voltea a ver, solamente nos prometen que nos van a ayudar y es el día que ni se acuerdan de lo que dijeron”, dijo apesadumbrado el campesino.
Por si arte, Héctor Zúñiga Rojas, campesino de la población Emiliano Zapata, explicó que “en campaña la Presidenta municipal dijo que nos iba a ayudar para conseguir mercado con buenos precios; incluso con transporte para que nos paguen lo justo al llegar el sorgo al mercado, pero desde que ganó en el Ayuntamiento, Mary Hernández ni se ha parado por nuestras comunidades”, aseguró.
Los campesinos dedicados al cultivo de sorgo en terrenos mecanizados cuentan con equipos de riego, tractores y pozos, mediante los que alcanzan buenos volúmenes de cosecha de la gramínea, pero carecen del mercado con buenos precios, lo que representa en este momento el talón de Aquiles para que recuperen los recursos empleados en la siembra, el pago de las facturas de energía eléctrica por la operación de los pozos y los días que bajo el sol estuvieron pendientes de sus parcelas.
(Fuente: PorEsto)