El volcán Kilauea, conocido por ser uno de los más jóvenes y activos de Hawái (EE.UU.), entró en erupción este lunes por la mañana, generando fuentes de lava que alcanzaron hasta 80 metros de altura. En consecuencia, las autoridades activaron el nivel de alerta naranja en la región.
La erupción comenzó aproximadamente a las 02:20 horas dentro del cráter Halemaʻumaʻu, según informó el Servicio Geológico de EE.UU. (USGS, por sus siglas en inglés). Poco después de iniciarse la actividad volcánica, se observaron espectaculares fuentes de lava que marcaron el inicio de este nuevo episodio eruptivo.
Situación actual y posibles riesgos
Aunque la erupción causó preocupación inicial, las autoridades señalaron que, por ahora, “no hay amenazas inmediatas a la infraestructura”. Según el USGS, la actividad volcánica se ha estabilizado y se limita a la región de la cumbre del volcán. Además, no se han identificado cambios significativos en las zonas de grietas cercanas.
Sin embargo, el principal peligro en este momento radica en los altos niveles de gas volcánico que emite el Kilauea. Dichos gases pueden tener efectos significativos dependiendo de la dirección del viento, que habitualmente sopla hacia el suroeste de Hawái.
Por otro lado, el USGS informó que la columna de gas y partículas volcánicas finas alcanza elevaciones de entre 600 y 1,200 metros, lo que podría impactar tanto la calidad del aire como la visibilidad en ciertas áreas.
Volcán Kilauea y su historial destructivo
El Kilauea, situado dentro del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, es célebre por su actividad frecuente. No obstante, su fase más destructiva ocurrió en 2018, cuando una serie de erupciones devastadoras se prolongaron durante cuatro meses. En ese entonces, el volcán arrasó con unas 700 viviendas y forzó el desplazamiento de miles de personas, dejando un impacto duradero en la región.
En este nuevo episodio eruptivo, aunque las condiciones actuales no representan un peligro inminente, las autoridades continúan monitoreando de cerca la situación. Según los expertos, la vigilancia es crucial para identificar cualquier cambio que pudiera comprometer la seguridad de la población cercana.
Recomendaciones para los visitantes y residentes
Debido a la ubicación del volcán en un área cerrada del Parque Nacional, el acceso directo al Kilauea está restringido. Sin embargo, los residentes y turistas que se encuentren en zonas aledañas deben mantenerse informados sobre los posibles cambios en la actividad volcánica y seguir las indicaciones de las autoridades locales.
En resumen, aunque el Kilauea ha despertado nuevamente con un espectáculo de lava y gas, la situación parece controlada por el momento. No obstante, su historial recuerda que este volcán es tan fascinante como impredecible.
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