El Partido Revolucionario Institucional (PRI) enfrenta una de las mayores crisis internas de su historia. El conflicto alcanzó su punto álgido durante la 24ª Asamblea Nacional, celebrada en el Pepsi Center de la Ciudad de México. Militantes del partido irrumpieron en el recinto para evitar la posible reelección de su líder actual, Alejandro Moreno Cárdenas, conocido como “Alito”. Este evento refleja el profundo descontento y las divisiones dentro del partido, que se agravan en un momento crítico para el PRI. Militantes del PRI
Nací muy tarde para ver la gran Tenochtitlan pero nací justo a tiempo para ver la destrucción del PRI
— Tania (@tania__rd) July 7, 2024
Contexto y Desarrollo de los Hechos
Desde temprano, militantes del PRI se congregaron en el Pepsi Center con la intención de participar en la asamblea, cuyo principal objetivo era discutir una reforma al artículo 178 de los estatutos del partido. Esta modificación permitiría a los titulares de la presidencia y la secretaría general, tanto a nivel nacional como estatal, ser reelectos hasta por tres periodos consecutivos. En el caso de Alejandro Moreno, esto implicaría la posibilidad de dirigir el partido hasta 2032.
Moreno Cárdenas, elegido inicialmente para el periodo 2019-2023, ya había extendido su mandato previamente. A finales de 2022, impulsó cambios en los estatutos del partido que le permitieron prolongar su dirigencia hasta agosto de 2024, bajo el argumento de esperar los resultados de las elecciones federales. Este movimiento generó críticas internas, con más de 100 militantes, exdirigentes, exgobernadores y exlegisladores pidiendo posponer la Asamblea Nacional hasta después de agosto de 2024, cuando oficialmente debería concluir su mandato.
Reacciones y Consecuencias
La irrupción de los militantes en el Pepsi Center es una clara señal del malestar existente dentro del PRI. Estos actos reflejan el descontento con la gestión de Alejandro Moreno y el temor de que una extensión de su mandato pueda agravar la crisis del partido. Muchos consideran que Moreno ha priorizado sus intereses personales sobre los del partido, lo que ha generado una pérdida de confianza y cohesión interna.
La situación actual del PRI es crítica. El partido, que en el pasado dominó la política mexicana, ahora enfrenta desafíos significativos tanto a nivel interno como externo. La división y el conflicto interno pueden debilitar aún más al PRI en un contexto político en el que ya ha perdido terreno frente a otros partidos.