La penicilina es considerada como el descubrimiento más importante en la historia de la medicina, un compuesto que dio pie a la creación de una nueva familia de fármacos que demostraron su capacidad para reducir la mortalidad de enfermedades causadas por bacterias infecciosas: los antibióticos.
Sin embargo, el uso excesivo de antibióticos en la actualidad ha cambiado esta perspectiva, pues lo que originalmente se desarrolló para salvar vidas, se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud pública a nivel mundial.
Durante la segunda edición de la Cumbre Internacional del Comando Interinstitucional del Sector Salud (Coiss) el secretario de Salud Jorge Alcocer señaló que en 2021, en México se reportaron más de tres millones de casos de infecciones causadas por bacterias resistentes a los antibióticos
De estos casos, 48 mil personas fallecieron debido a que los antibióticos, que antes eran eficaces en la destrucción de estas bacterias, perdieron su efectividad.
“El uso de antibióticos está amenazado por la resistencia que presentan bacterias, virus, hongos y parásitos, organismos que se han vuelto cada vez más difíciles de vencer con los medicamentos disponibles”, dijo Alcocer.
La resistencia que han desarrollado estos microorganismos a los antibióticos es el resultado de la falta de conocimiento humano, ya que estos medicamentos, a menudo, se utilizan innecesariamente para tratar la gripe o el resfriado, que son causados por virus y no por bacterias, que es para lo que originalmente fueron creados.
Francisco Lara en su calidad como presidente del Colegio de Médicos de Quintana Roo, explicó que la resistencia a los antibióticos es una situación global que se ha visto minimizada cuando el riesgo que representa, pues conllevar graves consecuencias a la salud de todas las personas.
“Una de las principales causas es la prescripción repetida de un antibiótico ya sea por un mal diagnóstico. que su uso en el paciente no fuera necesario, una mala dosificación del medicamento o hasta el abandono de los tratamientos por parte del paciente. Esto con el tiempo hace que los antibióticos pierdan efecto, facilitando que la enfermedad avance más rápido y provoque otras afectaciones o la muerte”, dijo.
De acuerdo con el médico, tomarse un antibiótico es como bombardear los billones de microorganismos, y es que debido a su forma de actuar en el cuerpo, se encargan de destruir todo tipo de bacterias malas, pero también a las buenas.
“Hay bacterias que son necesarias en el cuerpo y que vivimos con ellas de forma armoniosa. Mayormente, estas bacterias son las que ayudan en el procesamiento de los alimentos que ingerimos.
“El uso de los antibióticos es muy preciso y delicado. No son selectivos, destruyen sin escoger entre buenas o malas, por eso después de un tratamiento debemos de usar algunos productos que ayuden a restablecer los efectos secundarios”. mencionó
Antibióticos al alcance de las personas
Actualmente, la industria farmacéutica ha implementado restricciones para la venta de antibióticos. Sin embargo, estas medidas no son lo suficientemente limitantes para la ciudadanía, ya que el acceso a estos medicamentos es cada vez más fácil.
“Hay ocasiones en donde los pacientes al concluir con sus tratamiento, suelen guardar parte de lo que no se usó para próximas ocasiones o dárselo a otras personas, este es uno de los problemas más grandes a los que nos enfrentamos.
“Estos medicamentos necesitan ser supervisados por un médico, nunca se debe pasar los medicamentos de una persona a otra, además si no conocemos sus antecedentes alérgicos que al consumirlos pueda ocasionar una reacción que ponga en peligro su vida”.
Por otro lado, las redes sociales también se han convertido en una puerta de acceso a estos medicamentos, en donde las personas ponen en riesgo su vida al intentar automedicarse con tal de ahorrarse una consulta.
“Es muy peligroso, ya que se desconoce el origen y responsabilidad de quien lo vende, además de desconocer si es real o falso, u otra sustancia que pueda provocar una reacción que ponga en peligro la vida de quien lo consume. A veces lo barato, puede salir muy caro”.
La mayor responsabilidad, es la de los médicos
De acuerdo con el presidente del Colegio, la resistencia a los antibióticos es una situación que se tiene que prevenir desde los consultorios, con médicos preparados y capaces de encontrar alternativas para el tratamiento de bacterias, sin la necesidad de recetar el mismo medicamento.
“Con una buena ética, un buen diagnóstico, así como saber como abordar de diferente forma el uso de los antibióticos, sea cual sea el lugar de prescripción el médico debe ser muy preciso no solo en el uso de los antibióticos sino en cualquier otra sustancia.
“La recomendación es hacer un buen diagnóstico y ser muy preciso a la hora de prescribir no solo antibióticos sino otros, y siempre omitimos preguntar sus antecedentes alérgicos a los fármacos”.
Recordó que cuando una bacteria, hongo o parásito logra crear resistencia a antibióticos, no hay vuelta atrás. Siempre será necesario administrar dosis más fuertes para combatirlas, lo que ocasionará que en un futuro, los antibióticos pierdan por completo su eficacia.
“Antes de llegar a la resistencia que es real, debemos hacer un buen diagnóstico y prescribir con mucha responsabilidad, porque no hay vuelta de hoja, ya que se tienen que recurrir a antibióticos más especializados debido a la resistencia. Lo preocupante es qué haremos cuando no tengamos un antibiótico eficaz porque la resistencia los dejó fuera de combate”.