Con el inicio de 2025, millones de personas retoman el propósito de mejorar su estilo de vida, apoyándose cada vez más en dispositivos conectados y plataformas de fitness y entrenamiento online. Aunque estas herramientas facilitan el alcance de metas de bienestar, también presentan riesgos significativos para la privacidad y la seguridad de los usuarios.
Los rastreadores deportivos y las aplicaciones de fitness recopilan información altamente sensible, como peso, patrones de sueño y ubicaciones en tiempo real. Estos datos suelen sincronizarse con teléfonos y computadoras, exponiéndolos a posibles hackeos o usos indebidos. Según el estudio Resaca Digital de Kaspersky, el 36% de los mexicanos comparte su ubicación en redes sociales, lo que aumenta el riesgo de exposición.
Además, el auge de los entrenadores online ha abierto una puerta para los ciberdelincuentes. Muchos se hacen pasar por profesionales legítimos, ofreciendo entrenamientos personalizados a través de mensajes directos. En estos casos, los enlaces de pago suelen ser fraudulentos, recopilando datos financieros como números de tarjetas de crédito. De hecho, el 55% de los mexicanos realiza pagos por redes sociales, lo que incrementa su vulnerabilidad ante fraudes.
Para mitigar estos riesgos, los expertos recomiendan verificar la legitimidad de las plataformas y entrenadores, limitar los permisos de acceso a datos sensibles en dispositivos conectados y optar por métodos de pago seguros. También sugieren evitar el exceso de publicaciones personales en redes sociales y navegar solo en sitios con conexiones cifradas (HTTPS).
Si bien el ejercicio digital puede ser una herramienta poderosa para el bienestar, proteger la privacidad y la seguridad debe ser una prioridad. Esto asegura que las metas personales no se vean empañadas por riesgos innecesarios en el entorno digital.
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