El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este fin de semana la eliminación de fondos para Voice of America (VOA) y Radio Martí, dos medios históricos de comunicación exterior. Esta decisión, enmarcada en un plan más amplio de reducción del gasto público, ha generado preocupación entre los periodistas afectados, quienes temen el cierre definitivo de estos medios.
La medida se produjo tras la firma de una orden ejecutiva el pasado viernes, con la que la administración Trump desmanteló siete agencias gubernamentales, incluida la Agencia Estadounidense de Medios de Comunicación Globales (USAGM, por sus siglas en inglés), que supervisaba estos medios.
Un golpe a la prensa financiada por el gobierno
Desde el gobierno federal, se justificó la decisión argumentando que VOA y Radio Martí han perdido relevancia y que la financiación de medios gubernamentales en la era digital es innecesaria.
“Elon Musk”, designado por Trump para supervisar los recortes presupuestarios, respaldó la medida al afirmar que “nadie los escucha ya” y que el dinero público no debería destinarse a propaganda estatal.
La orden ejecutiva afecta directamente a la plantilla de la USAGM, dejando sin empleo a miles de trabajadores de VOA, la Oficina de Radiodifusión de Cuba (OCB) y otros medios afiliados, como Radio Free Europe/Radio Liberty, que también dependían de estos fondos.
Despidos masivos por correo electrónico
Tras el anuncio, los trabajadores recibieron correos electrónicos en los que se les notificaba su baja administrativa inmediata y la prohibición de acceso a las oficinas.
“Este correo electrónico es una notificación formal de que debe dejar de trabajar inmediatamente y de que no se le permite acceder a ningún edificio o sistema de la agencia”, indicaba el mensaje que recibieron cientos de empleados.
Uno de los trabajadores, quien tenía tres años más de contrato, relató que la notificación llegó a su correo personal, ya que su acceso al correo institucional había sido revocado antes de recibir la noticia.
Reacciones y críticas
La decisión ha generado críticas dentro y fuera de Estados Unidos. Stephen Capus, director ejecutivo de Radio Free Europe/Radio Liberty, advirtió que este recorte favorece a los regímenes autoritarios y debilita la posición internacional de Estados Unidos.
“Los ayatolás iraníes, los líderes comunistas chinos y los autócratas de Moscú y Minsk celebrarán la desaparición de nuestros medios después de 75 años de servicio. Darles esta victoria los hace más fuertes y a Estados Unidos más débil”, declaró Capus.
Por su parte, legisladores demócratas han solicitado una investigación sobre posibles conflictos de interés relacionados con Elon Musk, dada su creciente influencia en los contratos gubernamentales y la asignación de fondos públicos.
Mientras tanto, los trabajadores despedidos han comenzado a contactar con congresistas para impugnar la decisión, alegando que los despidos son inconstitucionales y que atentan contra el derecho a la información de la sociedad.
La postura de Trump contra la prensa
El gobierno de Trump ha mantenido una relación tensa con los medios de comunicación. Apenas unas horas después de anunciar los recortes, la Casa Blanca publicó un comunicado titulado “The Voice of Radical America” (“La Voz de la América Radical”), en el que acusaba a VOA de ser “antiamericana” y de favorecer al expresidente Joe Biden.
Además, hace unas semanas, Trump prohibió el acceso de la agencia Associated Press (AP) a la Casa Blanca, argumentando que su cobertura era parcial y que se negaban a utilizar los términos impuestos por su administración.
Con esta nueva decisión, se cierra un capítulo en la historia de la comunicación internacional estadounidense, y se abre un debate sobre el futuro de la prensa financiada por el gobierno en una era de cambios políticos y tecnológicos.
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