La NASA ha revelado una preocupante disminución en los niveles de agua dulce de la Tierra desde mayo de 2014, sugiriendo que los continentes podrían haber entrado en una fase prolongada de sequía. Según un estudio de la NASA basado en datos satelitales, entre 2015 y 2023 la cantidad promedio de agua almacenada en la Tierra, incluyendo lagos, ríos y acuíferos, fue 1,200 kilómetros cúbicos menor en comparación con los niveles promedio registrados entre 2002 y 2014.
Este descenso coincide con los nueve años más cálidos de la historia moderna, intensificando las preocupaciones de los científicos sobre el futuro del agua dulce en el planeta. Durante las sequías, el aumento en la extracción de aguas subterráneas, junto con la falta de lluvias suficientes para reponerlas, genera un ciclo de agotamiento crítico de las reservas de agua, según los investigadores.
El último informe de la ONU sobre estrés hídrico advierte que esta reducción impacta directamente a la agricultura, la seguridad alimentaria y la salud de las personas, aumentando el riesgo de hambrunas, pobreza, conflictos y enfermedades relacionadas con el consumo de agua contaminada.
Entre 2015 y 2023, el mundo experimentó 13 de las 30 sequías más severas registradas, lo que refuerza la urgencia de adoptar medidas para mitigar esta crisis. Los expertos temen que, de continuar esta tendencia, el descenso de agua dulce pueda ser un indicador de un futuro aún más desafiante para la humanidad.
Mientras los científicos monitorean si los niveles de agua podrían regresar a los valores previos a 2015, el informe subraya la importancia de tomar acciones inmediatas para conservar este recurso vital y adaptarse a un clima cambiante.
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